El estafador francés que creó un reino en Vietnam
Jonathan Huergo

Jonathan Huergo

El estafador francés que creó un reino en Vietnam

Napoleón una vez dijo, "imposible no es parte del francés", y nuestro embaucador de hoy lo demuestra. Si alguien le hubiera dicho "impossible" mientras mentía y estafa su camino a un reino, no estaría hablando de él hoy.

Este héroe es David de Mayréna, nacido en 1842 con un nombre mucho más largo, e hijo de un oficial naval.

Mayréna se unió al ejército en 1863 (fue rechazado por la marina) y participó de la conquista del sur de Vietnam. De vuelta en Francia volvió al servicio militar en la humillante guerra franco-prusiana, dónde supuestamente ganó la Legión de Honor (un excompañero lo acusó de desertor y de haber inventado una acción gloriosa con tal de ganar la medalla).

Luego de la guerra, Mayréna trabajó en un banco, dónde fue acusado de malversar fondos. Aunque fué absuelto, decidió abandonar el país y probar su suerte en las Indias Orientales Neerlandesas.

Al poco tiempo estaba de vuelta en Francia y prohibido de entrar de nuevo a las Indias Orientales por acusaciones de fraude.

Mayréna no sé inmutó, y consiguió un mecenas quien financió su regreso a Asia. Logró esto diciendo que había servido como general del Sultán de Aceh y que tenía ganada su confianza.

(Todo esto era falso, por supuesto)

Aceh se encontraba en conflicto con los holandeses por el control de la pimienta, por lo que un tal Barón Sellière le ofreció a Mayréna enviar armas al sultán, para así conseguir beneficios económicos en la región a expensas de los Países Bajos.

Mayréna desembarco en Saigón y jamás intentó completar la misión que había recibido. Nuestro héroe sabía que Selliére no podía exponer al público su estafa, debido a lo controversial del trabajo que le había dado. Así que Mayréna recibió 2000 francos a cambio de tener unas vacaciones en Vietnam.

Pero al mismo tiempo que Mayréna disfrutaba de los frutos de su labor, una rebelión se extendía por la selva.

Lo que ahora llamamos Vietnam, en esa época estaba dividido en Cochinchina, Annam y Tonkin. Los franceses mantenían al emperador de Annam a pesar de que en la práctica controlaban la región. Pero el hermano del actual emperador había sido derrocado por los franceses, y todavía se mantenía en rebelión, liderando una guerrilla desde la selva.

Algunas cosas nunca cambian.

Mayréna, adicto a la aventura (y a la oportunidad de aprovecharse del sufrimiento de otros) empezó a realizar expediciones por la zona de conflicto y, para ganarse la confianza de la administración colonial, envió inteligencia de la zona.

La rebelión incitó a los siameses a incursionar en territorio que los franceses consideraban propio. La zona en cuestión estaba habitada por distintas tribus cómo los Bahnar, Jarai y Sedang, y no estaba claro si éstas estaban bajo la soberanía del trono de Annam, o si eran independientes. La única presencia francesa en la región era por parte de misioneros católicos, quienes tenían una misión en Kontum.

El nuevo gobernador general de Indochina, Ernest Constans, necesitaba ahora afirmar el poder francés sobre la región. Para esto iba a necesitar a un francés con experiencia y que se encontrará físicamente apto para adentrarse en la jungla.

Es por esto, que cuando recibió una propuesta de Mayréna (quien claramente estaba al tanto del conflicto con Siam) para adentrarse en la zona en cuestión con el fin de afirmar la soberanía francesa, aceptó.

No sé confundan, la administración colonial estaba al tanto de las acusaciones de fraude que había recibido Mayréna, y no confiaban en él. Pero había que actuar rápido para contrarrestar la influencia siamesa, y Constans probablemente pensó, ¿Que es lo peor que puede pasar?

Mayréna y su séquito entraron en la selva con la idea de llegar a Kontum y recibir ayuda por parte de los misioneros. El plan era lograr que las distintas tribus aceptarán la potestad de Mayréna, quien luego le otorgaría la soberanía a Francia. Claramente el explorador tenía otros planes.

Rechazó la idea de obtener ayuda de los misioneros y por la fuerza de su imágen y carisma logró conseguir que dos líderes de la región aceptaran quedar bajo su protección.

A pesar de este buen comienzo, la misión se complicó un poco cuando los 80 vietnamitas encargados de cargar los elementos de la expedición desertaron. Aunque Mayréna le echó la culpa a un tal Lemire (el ministro residente de la ciudad donde la expedición partió), los vietnamitas citaron el hecho de que nuestro héroe se rehusara a pagarles como motivo de su partida.

De cualquier forma, Mayréna ahora sí se vio obligado a pedir ayuda a la misión. Envió una carta con destino al padre Guerlach pidiendo hombres y elefantes.

El padre Guerlach, quien había arribado a la misión en 1883, era muy respetado. Hacía años, los Jarai (una de las tribus que habitaban la región) habían estado atacando las aldeas donde trabajaban los misioneros, llevándose a las mujeres y los niños y matando a quien se resistiera. Guerlach apeló numerosas veces a las autoridades francesas para que lo ayudarán, pero fue en vano. Harto de la situación, llamó a qué las tribus atacadas por los Jarai mandarán a sus mejores soldados a Kontum. El padre lideró entonces una campaña que arrasó con la resistencia Jarai y consiguió detener los asaltos.

Naturalmente para un hombre de ese carácter, acompañó personalmente a los hombres que enviaba para poder conocer al explorador.

Una vez que llegó a dónde Mayréna se encontraba, Guerlach se sorprendió al no ver una sola bandera francesa. El explorador le respondió que estaba izando su bandera personal para no comprometer a Francia. 

Esto generó dudas en el padre, pero ante su escepticismo, Mayréna procuró las cartas que había recibido por parte de la administración colonial y empezó, cómo siempre, a hablar de sus muchos logros y aventuras.

Habiendo despejado las dudas del padre, continuaron obteniendo el apoyo de los distintos caciques de la región, hasta que finalmente, el 3 de Junio de 1888, se proclamó la constitución del Reino de los Sedang, nombre que se eligió por representar al grupo étnico que más territorio ocupaba en la región.

La constitución nombraba a Mayréna cómo rey, bajo el nombre de Marie I, y le otorgaba poderes absolutos sobre la región. En ninguna parte de la misma se hace referencia a Francia.

El padre Guerlach no sé opuso a esto, dado que suponía que este era el plan original de la administración, poner a los distintos jefes bajo el poder de Mayréna y luego transferir la soberanía a Francia. El mismo Mayréna le había dicho que no pensaba quedarse en la región.

Pero sucede que a David Mayréna le encantaba ser Marie I. Empezó a emitir edictos diseñando las insignias, los títulos y hasta los uniformes de su nueva nación.

Finalmente, viendo la necesidad de obtener la protección de una potencia europea, decidió volver a Qui Nhon, la ciudad desde donde la expedición había partido.

El nuevo rey entró en la ciudad en un magnífico elefante, y se empezó a comportar como si realmente fuera el monarca de una gran nación.

Fue tolerado por las autoridades locales, ya que suponían que todo era parte del plan, y que Mayréna pasaría el control de su reino a Francia. Marie pidió utilizar el telégrafo de Lemire, el ministro residente, para informar de sus logros al gobernador general.

Y acá es cuando comete el peor error de su vida.

Mayréna le comunica al gobernador, que aceptará la protección de Francia si se le permite quedarse en control de Sedang, de lo contrario, le ofrecerá esto mismo a los alemanes.

Esto fue demasiado para la administración colonial, quienes empezaron ahora a discutir entre ellos quien tenía la culpa de haber convertido a un embaucador en rey.

Nuestro héroe se empezó a impacientar con la falta de respuesta de las autoridades francesas, por lo que amenazó también con pasar el poder a Inglaterra.

Claramente amenazar con traicionar a su país con dos de sus más grandes rivales no le hizo muchos amigos, por lo que, ante la falta de respuesta, decidió encontrar apoyo fuera de Vietnam.

Primero se dirigió a Hong Kong, dónde para muchos fue objeto de burla. Aunque estuvo cerca de conseguir financiamiento para su reino, hasta que se hizo conocido que había ordenado 200 uniformes a un sastre al cual nunca había pagado.

Luego, viajó a Francia, dónde también fue utilizado como entretenimiento por la alta sociedad.

Finalmente en Bélgica consiguió quien le otorgase dinero y gente para volver a su reino (aunque seguía sin haber conseguido el reconocimiento de ningún estado).

El problema es que, mientras estaba de viaje, la administración francesa en Vietnam se había encargado de desmantelar el reino de Marie y conseguir que sus habitantes aceptaran estar bajo el control de Annam y, por consiguiente, de Francia.

Mayréna, quien ignoraba esto, se dirigió a Singapur. Alli se convirtio al islam por… razones y trató en vano de conseguir acceso a su reino a través de Siam.

Habiendo fallado en vender su reino una vez más, las armas que traía consigo fueron incautadas por los ingleses (quienes controlaban Singapur) y fue abandonado por quienes lo acompañaban en su expedición.

Terminó entonces exiliado en una pequeña isla cercana a Singapur, acompañado por un adicto al opio (quien murió al poco tiempo, quien lo esperaría) y un marinero inglés que se había naturalizado francés.

FUENTE: Hickey, Gerald Cannon. Kingdom In the Morning Mist: Mayréna In the Highlands of Vietnam, University of Pennsylvania Press, Philadelphia, 1988.

Jonathan Huergo

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Creador de este sitio y del canal de youtube JonyH.

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